Los niños y niñas de hoy en día tienen más juguetes y estimulaciones que nunca. Y en cambio, es cuando más aburridos, escépticos y desinteresados por los mismos se muestran. Muchos de estos niños y niñas también pueden estar llenos de actividades programadas, ritmos rutinarios automáticos y en cuanto hay tardes libres, fin de semana, puentes o vacaciones, un tiempo sin planificar, aparece el aburrimiento, a la desgana y desesperación de ellos y de toda la familia.
Hoy te invito a ver la otra cara del aburrimiento. De esta manera, cuando veas a tu hijo o hija aburrido, puedas entender los motivos y los grandes beneficios que puede aportar a toda la familia. Te voy a dar claves e ideas para ayudarles a transformar el aburrimiento en momentos agradables, sin sentirte culpable y sin interferir en este proceso beneficioso.
¿Hay que dejar que los niños se aburran?
Sí hay que dejar que los niños se aburran, indudablemente sí. Si un niño se aburre y nadie le dice qué tiene hacer, él mismo acabará dando con una forma de entretenerse. Lo que es importante es prepararse para sostener esas emociones incómodas que genera un aburrimiento y poder crear las condiciones ambientales favorables que faciliten el resolverlo por ellos mismos. Y esto es una gran labor del adulto.
Si además la educación que recibe por tu parte fomenta cualidades de su persona, como es la seguridad en uno mismo, desarrollo de la responsabilidad, las esperas, autonomía, etc. y tiene un nivel óptimo acorde a su edad, del aburrimiento hará de palanca motivadora para crear una nueva actividad.
Dejar que un niño se aburra, es algo más complicado porque por su cualidad innata de niño, es el descubrimiento, exploración natural en sí misma. Y aquí ya hay una información valiosa que refleja que, si sus necesidades vitales están cubiertas, su naturaleza le llevará a seguir encontrando momentos de exploración y descubrimiento, por lo tanto, el entretenimiento estará asegurado. Esta es su inercia normal y habitual, momentos de calma, momentos de entretenimiento.
Pero las necesidades van aumentando conforme va creciendo. Y si la actitud adulta no ha ofrecido las condiciones fundamentales para cubrirlas y ha interferido en su desarrollo, es muy probable que haya provocado una dependencia hacia otra persona para poder disfrutar. Por lo tanto, más fácil será encontrar momentos de que se aburran y más complicado será transformarlo en una palanca motivadora para crear otra nueva actividad.
Beneficios del aburrimiento en niños
Para un buen desarrollo cerebral de cualquier persona, el cerebro necesita ratos de espera y ratos de aburrimiento. Este es el inicio para crear las condiciones adecuadas para desarrollar habilidades creativas y de tolerancia a la frustración.
Por lo tanto, el aburrimiento infantil en sí mismo no es el problema, sino lo que hagamos de él. Si hay un acompañamiento adulto sano y positivo, algunas de estos beneficios del aburrimiento son:
- Conexión consigo mismo, con sus necesidades, con sus sensaciones.
- Beneficio de su desarrollo, fomentando la creatividad entre otras cualidades.
- Mayor conocimiento y comprensión de lo que le sucede.
- Mayores posibilidades de desarrollar la acción desde la responsabilidad.
- Más oportunidades de conocer su motivación interna que le lleve a actuar.
¿Qué tengo que hacer si se aburren mis hijos?
En muchas ocasiones, los padres pueden sentirse mal por el aburrimiento de un hijo. Y esto es porque hemos cogido una responsabilidad concreta que no nos corresponde, todo ello, unido con la culpa que puede generar al adulto.
Desde esta visión, es el adulto quien se coloca como responsable de su aburrimiento y se pone en acción para solucionarlo y los problemas pueden aumentar. Es cuando se ve obligado a dinamizar su tiempo, sus actividades y hasta sus decisiones y deja de acompañarle en generar sus propios recursos cuando el aburrimiento aparece. Esta actitud es la que interfiere en su óptimo desarrollo del hijo.
Por lo tanto, lo que tengo que hacer si se aburren es:
- No hacer tuyo su aburrimiento. Establece tu propio límite de actuación.
- Mantener tu lugar como padre o madre, no como monitora de tiempo libre para solucionarlo.
- Darle tiempo para que se pueda enfocar en las soluciones.
- Ofrecerle presencia, compañía y confianza.
- Crear espacios sugerentes.
- Buscar tus momentos de disfrute a su lado para generar también momentos de inspiración.
- Dejarle pensar, dejarle hacer, dejarle probar.
- Disminuir las constantes órdenes que favorecen la actitud mecánica reproductiva.
- Organizar tiempos con participación del hijo o hija, con tiempos vacíos para conectar consigo mismo y decidir lo que quiere hacer, tanto si llega al aburrimiento como si no.
Ideas para el aburrimiento en niños
Como ya has comprobado, interferir en su aburrimiento o acompañarlo para transformarlo, son dos actitudes completamente opuestas. Yo te invito a que acompañes a tu hijo o hija en su aburrimiento para que lo pueda encontrar soluciones a su situación y pueda gestionar sus tiempos y emociones de forma placentera.
Si tu hijo o hija está en un momento aburrido, una pregunta muy valiosa que le puedes decir: “¿y qué puedes hacer?”, para dejar claro su responsabilidad, enfocarse en las soluciones y pasar a la acción.
Hacéis y escribís una lluvia de ideas de las propuestas que van viniendo sin filtro, sin comentarios. Queremos que active sus posibilidades y si empieza a escuchar inconvenientes, su fuente de creación se puede detener. Es fundamental que la participación de tu hijo e hija sea la mayor que la tuya como padre y madre. Y si te surge una idea, preguntarle a tu hijo para que decida: “¿Te gusta esta idea?”.
Y te lanzo una propuesta: hacer un bote de las posibilidades infinitas, en el que se irá llenando de papeles doblados con estas ideas. Si del listado de las ideas faltan materiales, se hace una lista de compra y se decide quién, como, cuando y con qué dinero se van a hacer, para seguir aprendiendo a desarrollar la responsabilidad, enfocando su actitud en la búsqueda de soluciones que alienta a la acción.
Algunas ideas para transformar el aburrimiento en niños:
- Decoración del bote de las posibilidades.
- Hacer una batería de música con vasos de cristal rellenos de agua con distinta cantidad.
- Crear disfraces y hacer una historia.
- Con calcetines viejos o desparejados, hacer marionetas
- Preparar merienda, cena sugerente, o un postre.
- Hacer un monstruo tragabolas con una caja de cartón
- Recortar dibujos de revistas y hacer un collage para decorar cajas o botes.
- Discoteca con baile y linternas.
- Hacer cabañas con telas, pinzas y cuerdas.
- Recortar papeles reciclados de forma libre y ponerlos de sombras chinescas. “¿A qué se parece?” Y puede que de ahí, salga una historia con lo realizado.
- Pintar con pintura líquida con jeringuillas, con estampaciones de frutas o patatas dándoles formas.
- * seguir la lista cuantas veces desee, cuando veas a tu hijo aburrido, cuando se inspire en una idea de otra persona, etc.
En ocasiones una mala gestión del aburrimiento de tu hijo, puede llegar a generar tensiones y malestar en el hogar. Es cuando puede tener conductas exasperantes como lloros, rabietas, enfados… Y esto nos lleva a sentirnos muy culpables y muchas veces no sabemos qué hacer en estas situaciones. Si te suena familiar y no sabes qué hacer. Hablemos ahora y tracemos un plan de acción conjunto. Te aseguro que toda la familia os encontraréis mucho mejor y tendréis nuevas herramientas. Puedes saber más en mi servicio de Asesoría Familiar.
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