Este artículo es muy revelador y muy útil para ti y para toda la vida de tu hijo e hija. 

Lo que te voy a contar hoy, te sirve a ti y a tu hijo para ponerlo en práctica en el día a día y sobre todo en momentos delicados para ayudarle a desarrollar una autoestima que le fortalezca y le empodere. Como por ejemplo en momentos como, cambio de centro educativo de tu hijo e hija, y empezar en una clase nueva. Los demás se conocen y tu hijo e hija es la persona nueva. 

Y es que, lo primero es importante comprender que esta situación parte de una necesidad universal de toda persona que necesita ser cubierta.

Estoy hablando del sentimiento de PERTENENCIA.
 

Y tu empatía y tu forma de ayudarle como acompañante a este nuevo lugar es fundamental.

En realidad, el aula se puede decir que es el segundo nivel de pertenencia que vive un niño o niña. Y está condicionado por la experiencia que ha tenido en su primer nivel de pertenencia: en su propia familia.

1º nivel de pertenencia: micro familia a macro familia.

2º nivel de pertenencia: aula del centro educativo, o grupo de amistades.

 

Así que, en estos momentos de cambio de centro, aula o similar, es fundamental fortalecer ese primer nivel. Y cuanto más nutrida esté esa necesidad desde el micro-sistema, más garantías de éxito tendrá en este otro segundo nivel.

Y hoy quiero centrarme en que puedas ayudarle a anclar bien esta parte preventiva porque según cómo se establezca esta forma de pertenecer desde la familia, te llevará por la vida de una forma o de otra.

Y ahora lo puedes hacer desde tu acompañamiento como semilla para que germine  en tu hijo o hija desde seguridad personal,  mucha fuerza y bienestar interno.

Y todas estas fuerza la puede recoger de ti, de tu ayuda para poder hacer la transición con éxito al segundo nivel, desarrollando una inteligencia emocional que fomente su autoestima.

Encontrar su lugar en él, tiene su proceso y su tiempo, como a ti también te sucede en cualquier grupo nuevo.  Es un momento que se ponen encima de la mesa todos tus pensamientos sobre ti misma, ya sea consciente o inconscientemente. 

Todos ellos forman parte de la vocecilla interna que tu ya conocerás y que tu hijo e hija también ya la tiene. Es la emisora de radio que tenemos siempre activada. 

Ahora bien, como emisora de radio, puedes elegir tu propio dial. Llamémosle AM y FM. Cada uno modulará la onda de una forma u otra. 

El dial FM será el de la frecuencia de vibraciones positivas. Ese que dice, “Bueno, ¡vamos allá!”, “Voy a conocer personas nuevas con las que disfrutaré” “Me buscaré amigos” “Pondré en práctica todas mis habilidades para conectar con los demás”. 

Y el dial AM, será la frecuencia de todas las vibraciones contrarias: “Buf, soy el único que no conozco a nadie y es un grupo cerrado”  “se me va a hacer difícil entrar a este grupo” “Y si no me miran” “Y si no les caigo bien” “Y si no me hago amigos”….Y todos los Y si…que quieras crear. Yo les llamo los peligrosos Isidoros. 

Así que, para ti, madre y padre que estás ahí, acompañando todo este proceso de tu hijo e hija, te pido que pongas mucha atención en:

  • qué dial está tu emisora de radio
  • y en tu forma de acompañarle: tu estar en esta retaguardia.

Según el dial que tengas activado, le podrás mirar a tu hijo o hija con posibilidades o con limitaciones. Con confianza o desconfianza. Y como onda expansiva, la recogerá también tu propio hijo e hija. 

Y según como sea tu estar en la retaguardia, puede ser o no desde un sostén emocional. Si estás como un gran colchón de confianza, actuará como amortiguador de  posibles golpes y caídas, o recuperación de fuerzas y energía para superar otros posibles obstáculos, etc. 

Si es un colchón finito, o muy duro que no empatiza con tu hijo o hija, o que empatiza demasiado y hace suyo el problema del hijo desde la desconfianza y miedo, tu estar desde esta retaguardia, no le repondrá de las dificultades que se pueda encontrar, ya sea en el nuevo aula, o en problemas con amigos de la plaza, etc. 

Que como habrás deducido, este colchón emocional parte desde tu dial de radio. 

¡Así que manos a la obra!, recapitulando:

  • 1º, activa tu atención a tu emisora de radio. 
  • 2º, cambia de dial si te ves que estás en el AM.
  • 3º, alimenta tu estar desde la posición de retaguardia con confianza para construir tu colchón “segurizante”.

Hasta aquí, tu parte como una forma de acompañarle a tu hijo o hija, desde tu estar en esta retaguardia. Esto ya es una gran y verdadera ayuda para ti y para los que te rodean. 

Quiero seguir un paso más. Quiero proponerte una forma de acompañar a tu hijo e hija de forma más directa y más evidente. 

Su esencia ya la sabes esta explicación del proceso mental que acabas de leer, es importante que la compartas con tu hijo o hija, adaptado a su edad.

Compartir el funcionamiento de los pensamientos con tu hijo e hija. 

¿Cómo? 

Te invito a que lo descubras y se lo vayas contando a tu hijo e hija en versión cuento, como la gran historia que reina dentro de nosotros. 

Ayuda a hacer equipo, cuerpo contigo misma, desde la conexión total. Y si a esta conexión le introduces la frecuencia de radio FM, te aseguro que tu vida se presenta de distinta manera. 

Puedes hacerlo desde la misma propuesta narrativa desde los conceptos de las emisoras de radio, que si es más mayor de 6 años, es más fácil que lo entienda o por lo menos se acerque a la idea. 

O puedes hacerlo con esta segunda propuesta:

Técnica de las puertas abiertas.
 

Para utilizar esta herramienta, es importante hacerla también de forma narrativa.

Yo la inicio con un cuento de  “Las jirafas no saben bailar”. Que puedes utilizar este o similares. 

Narra la historia de una jirafa que cree que no puede bailar y cómo encuentra su propia música que le hace vibrar y moverse con libertad. 

Mientras narro el relato,  voy añadiendo el estado de sus propias puertas mentales y las ubico en la frente de la jirafa, Gerardo, en este caso. 

Cuando está en la creencia de que no sabe, no puede, no lo va a hacer, vamos, la frecuencia AM, la menciono como “Tiene la puerta del miedo y duda abierta”. 

Y cuando baila, le añado con ilusión: “¡A conseguido cerrar la puerta del miedo y duda y ha abierto la otra, la del “Yo puedo”!”. Es la «puerta de la confianza». 

Y le voy dando emoción diciendo: «uy uy uy….una puerta se le está abriendo…..¿Cuál será?» o a modo que estás muy metida en la historia, como suele ser mi caso y me sale decirle a Gerardo: «¡¡cierra esa puerta, Gerardo!!».

Y así han conocido mis hijos esta herramienta de las puertas abiertas, y con ella vamos por la calle y por la vida. Cuando veo a mi hija mayor de 5 años que se está metiendo en el miedo, en creencias limitantes, en duda alimentada, con sólo describir lo que estoy viendo, sin juzgar, ni interpretar, le pregunto ¿qué puerta estás abriendo o tienes abierta? , ya es consciente de lo que sucede y se pone en acción.

Y aquí, es maravilloso ver como cierra su puerta de la duda y del miedo y abre la otra puerta de la confianza y le escuchas decir:  “¡Yo si puedo!” Y empezar a transformarse todo lo demás como casi, arte de magia. 

Así que, la clave está en la atención de esa voz, en esa puerta concreta que se abre. Si la conoces y la escuchas, la puedes cambiar. Si no, ella hablará por ti y tu actuarás por ella. 

Y no estoy diciendo a no mirar la dificultad y querer cerrar la puerta del miedo sin escucharla. No. Porque este es el paso inicial infranqueable: escuchar, reconocer y nombrar para luego transformar. Es lo que te empodera como persona. 

Tu le puedes acompañar a que escuche su propia voz, haciendo de reflejo de lo que hace y verbalizarlo neutralmente, describiendo lo que ves, no lo que crees que ves..
 

Así, tu hijo o tu hija, comienza a aceptar esa dificultad desde la responsabilidad y se puede poner después en la posterior actuación: buscar su solución.

Así que primero, atento y atenta a tus propios pensamientos para que puedas cambiar a la emisora de radio FM, donde tu hijo e hija lo sentirá desde tu colchón de sostén emocional que como consecuencia construyes. 

Y luego, acompaña a tu hijo e hija para que haga todo este procedimiento en todos los retos de su vida, como el inicio en un aula de un centro nuevo, para que pueda estar atento y atenta, qué puerta se le abre y qué decisión hará con ello. 

Ánimo con tu atención y decisión. De ellas condicionará todo lo demás y harás de modelo a imitar para tu hijo o hija. 

Un nuevo lugar de pertenencia le espera. Le has preparado y le estás preparando para ello. 

Tu hijo o tu hija, por muy tímido que sea, seguro que tiene muchas herramientas para desplegar. Sólo le falta creérselas. Créele, activa tu FM, sosténle y lo hará.

Si te ha gustado este artí­culo, puedes hacer tres cosas:

  1. Compartirlo con las amistades y redes sociales,
  2. Ponerlo en práctica
  3. Escribir un comentario contando tu experiencia.

 

Te puede interesar

 

Si necesitas más ayuda puedes contactar conmigo. O tal vez quieras consultar los servicios que ofrezco. Puede que estés en una asociación y creas que puedo aportar en ella con una conferencia. ¿Quieres contar conmigo como ponente?