El rincón de la calma o mesa de paz (método Montessori) es un lugar especial en el que los niños aprenden a regular sus emociones. Este rincón puede convertirse en un recurso muy valioso para tus hijos. Este espacio es un talismán para conseguir un bienestar personal y familiar, ayudando a los niños en la recuperación de alguna intensidad emocional vivida y a estar más calmados.
El rincón de la calma para niños, aunque lo llame así, siempre estará reflejada desde un lugar positivo y por ello, no tiene porque ser concretamente un rincón. También es importante aclarar que esta herramienta nada tiene que ver con el “rincón de pensar”, ese lugar que manda el adulto con el mensaje de ahora vete a “pensar lo que hiciste”.
Nada tiene que ver con un castigo y menos desde la intención de alimentar la culpa.
¿Qué es el rincón de la calma?
El rincón de la calma es un lugar en el hogar, cuidado y diseñado para recuperar la calma, que también lo utilizan las escuelas educativas, para lograr volver a bajar emociones intensas que podían llevar a generar problemas consigo mismo y con los demás.
Cuando no estamos en calma, podemos llegar a un momento de excitación descontrolada, ya sea por enfado, estrés u otro malestar. Es cuando nuestros tres cerebros se destapan y no podemos razonar. Lo puedes comprobar cuando en vez de responder reaccionamos tanto adultos como niños. Es cuando entramos en “modo ataque, defensa, huida” con toda la expresión emocional volcánica que conlleva y por ello, respuestas automáticas lejos de hacerlo desde la calma.
Es aquí un buen momento de parar esta dinámica y utilizar este espacio.
Por lo tanto, el rincón de la calma ayuda a poner en marcha mecanismos para integrar los tres cerebros y así puede volver a razonar, sentir, y así poder responder y decidir de forma calmada, consciente, responsable y consecuente.
Las ventajas de tener un rincón de la calma en casa o en el colegio
- Ayuda a gestionar las emociones intensas de forma controlada y consciente.
- Aprenden a como regular su propia emoción.
- Mejora su autoestima desde el desarrollo de actitudes que la alimentan, porque facilitan el proceso de aceptarse y quererse tal y como son, logrando progresivamente una transformación de las emociones incómodas y recuperar de nuevo la calma necesaria.
- Mejora las posibilidades de resolución de conflictos.
- Evita aumento de problemas mayores que son más difíciles de reparar.
- Facilita la comunicación conectiva y afectiva.
- Mejora la conexión con uno mismo. Todo un proceso de autoconocimiento.
- Ayuda a calmarnos y a sentirnos mejor y por lo tanto, actúan mejor desde este estado emocional.
- Cuanto más te conoces, más posibilidades tienes de conocer a los demás y establecer relaciones sociales gratificantes.
- Generan recursos propios de respiración, meditación y similares para poderlos utilizar en distintos contextos de su vida.
- Relacionan un lugar seguro dentro del hogar al que poder recurrir cuando lo necesitan.
- Fomenta la autonomía y responsabilidad.
Cómo preparar un rincón de la calma
Lo importante de preparar un rincón de la calma es lograr la participación e implicación de tu hijo o hija.
Para ello, es importante comenzar a hablar de las mismas emociones, de cómo podemos convertirnos en los jefes de ellas, para que no nos hagamos daño. Hablar del enfado, de la fuerza que coge, de lo fuerte que es, y de lo importante que es recordarle que cada uno somos los dueños y de lo importante que es de que salga sin hacer daño a nadie. Un cuento puede ayudar mucho a entenderlo, por ejemplo, ¡Vaya rabieta!
Y aquí, la presentación del lugar como ayudante para conseguir la calma. Por lo tanto, es importante que este propósito de este espacio como algo positivo, para ir cuando lo necesite cada uno y volver a recuperar su bienestar.
Fundamental diferenciarlo de un castigo camuflado. No es un lugar con idea de ir para sentirse solo, ni para castigarle y que lo pase mal.
Después de explicar el propósito del lugar, es interesante hablar de los materiales que ayudan a sentirse bien y hacer un listado. En el apartado de materiales encontrarás ideas.
Ubicar el espacio en un lugar de la casa y hablar de cómo decorarlo. Ideas que siguen saliendo de tu hijo y también de ti, sin obligar, sino como de ayudar a ilusionar, ilusionándote también en este proceso.
Debido a la reputación oculta del castigo, es interesante poner un nombre creado con los hijos, diferente. Por ejemplo: puede ser la playa (o su nombre concreto que lo relacione con algún lugar conocido), monte, Hawai, o lo que se os ocurra. En un grupo de infantil lo llamaron LA ANTARTIDA. Decían que iban allí «para refrescar el ánimo».
¿Para qué sirve el rincón de la calma?
El rincón de la calma sirve para lograr recuperar el bienestar personal desde la expresión y llegada a la calma. Por lo tanto, es una gran herramienta que ayuda en el gran aprendizaje de la propia gestión emocional.
Y todo ello cuidando las relaciones sociales entre adulto e hijos, porque no siente que se le deja de querer o se le quiere menos por sentir emociones incómodas. Evidencia tu cercanía y tu acompañamiento para poder gestionar momentos difíciles desde tu disponibilidad, fomentando al mismo tiempo su propia autonomía. Con esta combinación, de tu ayuda y su puesta en marcha de sus propios recursos, se va sintiendo más competente con sigo mismo.
¿Qué elementos debe tener este rincón de calma?
- Una manta para taparnos y que nadie nos mire.
- Materiales de soplar, por ejemplo pelota de corcho con una pipa y respirar con diferentes intensidades.
- Collar de piedras de la respiración para contar respiraciones tocándolas. Una piedra, una respiración.
- Botella de la calma para observar y clamar los pensamientos. Bote de agua con brillantina. Bolas de nieve que se agitan y simulan que está nevando.
- Relojes de arena y de agua para observar y medir el tiempo de nuestra atención.
- Muñecos y marionetas para abrazarlos y expresar a través de ellos nuestras emociones.
- Instrumentos para escuchar y relajarnos, por ejemplo: palo de lluvia, crótalos, cuenco tibetano.
- Linternas para sentirnos seguros en lugares oscuros.
- Tarjetas de emociones para expresar sentimientos.
- Tarjetas para regular conversaciones si hay un conflicto. Por ejemplo, orejas y boca, para saber quién habla y quién escucha y luego intercambiar.
- Mándalas para pintar.
- Periódicos para romper o dibujar el enfado.
- Globos hinchados para golpear, incluso para explotar.
- Pelotas antiestrés.
- Mp3 con cascos y música relajante o lista de canciones que recuerden momentos bonitos.
- Cuento de imágenes de momentos bonitos con la familia o de cada hijo.
- Cojines, tumbona o silla cómoda, Tipi-tienda de telas, etc.
Cuentos para tener en el rincón de la calma
- Respira. De Inés Castel-Branco. Editorial: pequeño Fragmenta. Es de un niño que no puede dormir y su madre le enseña técnicas de respiración y posturas de yoga.
- ¿Jugamos?. De Hérve Tullet. Editorial kókinos. Sólo con seguir el dedo sobre la línea lo más despacio posible, con respiraciones, les puede ayudar.
- El osito dormilón y el secreto del sueño. Kaitie Blackburn y Richard Smyth. Editorial Timunmas. Cuenta historias para relajar a los niños antes de ir a dormir y hablan de técnicas de relajación.
- OM. De Isabel Sánchez Vergara y Albert Arryás. Editorial Alba. Es un libro ilustrado muy divertido con el que los niños aprenderán gracias a Om qué es el yoga. Om es un niño que lo practica a diario y gracias a esta disciplina se transforma en muchos animales, desde una tortuga a un dragón y eso le da un poder extraordinario: el poder de la concentración y de la relajación.
- El gran libro del amor. Trace Moroney. Editorial SM. Libro que describe la palabra amor. Hay mucha gente a la que quiero: mi madre, mi padre, mis abuelos, mis amigos… Este libro infantil muestra al niño diferentes aspectos del amor, tanto al darlo como al recibirlo, y le ayuda a tener una buena autoestima. Al final del libro infantil hay una nota informativa para padres. Este libro infantil muestra al niño diferentes aspectos del amor, tanto al darlo como al recibirlo, y le ayuda a tener una buena autoestima. Al final del libro infantil hay una nota informativa para padres.
- Malacatú. Maria Pascual de la Torre. Editorial A buen paso. Los protagonistas de este álbum ilustrado son una madre y su hijo. Un día, ambos no consiguen un acuerdo acerca de la necesidad de lavarse los dientes, así que se enzarzan en una lucha de hechizos. Si la mamá se convierte en una plasta de dientes, pues al niño le tocará ser un animal de bellota; y si la mamá se transforma en una cafetera resoplona, su hijo en nada menos que un chorlito carambolo… A través de las fabulosas ilustraciones iremos viendo cómo toda la casa participa: desde los juguetes del niño, hasta el gato y las ollas en el fuego. Malacatú es, sin duda, un estupendo libro para leer en voz alta y ha merecido el Premio del ‘Concurso de Álbum Ilustrado de la Biblioteca Insular de Gran Canaria’.
- Viaje a la alegría. Elena Ferrándiz. Editorial Thule. Cuenta la búsqueda, comprensión y sentir de la alegría. Un libro de delicadas ilustraciones sobre cómo curar, cómo creer, cómo aprender del fracaso, cómo superar las adversidades y levantarse de nuevo… Acerca de los sueños, las sonrisas, el agradecimiento…
- Realizar un libro personalizado con imágenes que evoquen lugares o momentos entrañables de cada niño y/o con la familia.
Cómo usamos el rincón de la calma
A partir de los 3 años en el niño ya ha madurado el cerebro un poquito más, ya es capaz de razonar alrededor de esta edad. Todo va a depender de nuestra observación.
Con la conversación de las emociones, como indicaba anteriormente. Es importante observar en qué nivel de maduración se encuentra tu hijo para saber cómo puede recoger esta idea. Es interesante proponerlo para niños mayores de tres años. Si es más pequeño, siempre con tu presencia y compañía.
Es muy importante establecer con la participación de todos, unas normas de convivencia de este espacio. Por ejemplo:
- Permanecemos sólo el tiempo que necesitemos estar en calma.
- Respetamos el ambiente de tranquilidad y silencio.
- Máximo 3 personas (si sois muchos en la familia).
- Recogemos y cuidamos los materiales (los que son de romper, por ejemplo un papel de periódico, se vuelve a colocar más o se informa de que no hay).
- Dejamos nuestras sugerencias en una libreta para hablarlo en algún momento de la semana.
Se va modificando según las necesidades del niño.
Tomar el tiempo para entrenar. Hablar de su utilidad, de lo importante que es el período de enfriamiento, y la importancia de esperar hasta que todos se sientan mejor antes de resolver algún conflicto.
Es fundamental que lo utilices tu como padre y madre. Verás por ti mismo su utilidad, tu hijo lo verá y se irá incorporando progresivamente por imitación y satisfacción. Y puedes verbalizar que te estás poniendo muy nervioso, agitado, enfadado, molesto por algo y que necesitas ir un momento al lugar de la calma.
Si le ves a tu hijo en estas emociones, preguntarle “¿Te ayudaría ir a tu lugar especial?”. Puede que tu hijo esté demasiado enfadado y responda “No”. Es entonces cuando puedes ofrecer tu acompañamiento: “¿Te gustaría que fuera yo contigo?”. Puede que siga diciendo que no. Recuerda que el propósito es ayudar a tu hijo a sentirse mejor y de esa manera, ser capaz de ser mejor. Si el niño sigue diciendo que no, Si sigue respondiendo que no, es cuando quizás lo necesites tu como adulto: “Está bien, yo si voy”. Es un buen momento para mostrarle que este tiempo en este lugar no algo malo desde el modelo a imitar.
Dejar tiempo hasta llegar a la calma. Este será el momento de hablar o de simplemente de abrazarse y de retomar lo que estaban haciendo. También es muy interesante verbalizar su logro de forma objetiva: “has logrado recuperar tu calma expresando tu enfado” “¡Cómo estás consiguiendo enfadarte sin hacer daño a nadie y llegar de nuevo a la calma!”
Hay momentos que este espacio se ha usado porque ha habido un gran conflicto. Este momento con la calma recuperada, puede ser necesario hablar del asunto, enfocando y buscando las soluciones. Habrá otros momentos que esta recuperación de la calma, este sentirse mejor, es suficiente para redirigir al hijo hacia una conducta más aceptable socialmente.
Si se requiere de comunicación del asunto, es importante emplear preguntas abiertas para ayudar a los niños a explorar las consecuencias de sus elecciones y usar lo que aprendieron para resolver el problema.
Es importante aclarar que la exploración de estas consecuencias no está teñida de culpabilidad, ni de ningún tipo de acusación, ni de imposición. Así que fundamental que tu, como adulto, también hayas llegado a la calma para comenzar esta comunicación y cuidar el tono firme y amable.
Si hacer de juez, ni de detective, ni de un rol que de soluciones, puede comenzar por estas preguntas abiertas o las que te salgan desde tu corazón:
- ¿Cómo te sientes respecto a lo que sucedió?
- ¿Qué crees que lo haya causado?
- ¿Qué aprendiste de esto?
- ¿De qué manera puedes utilizar en el futuro lo que aprendiste?
- ¿Qué ideas tienes ahora para solucionarlo?
En ningún momento no hay esta pregunta del “¿Por qué? Porque además de que es más difícil encontrar su propia respuesta desde ahí, es muy fácil que suene acusatorio. A lo que le invitará a tu hijo a ser más defensivo que a encontrar su propia respuesta.
No olvides que el rincón de la calma, es un espacio físico para que los niños tengan un estado de paz y serenidad. Este espacio nos regala una brillante forma de construir un lugar en donde los niños puedan acudir cada vez que necesiten tranquilidad. ¿Te animas a probarlo en casa o en el colegio?
El espacio de la calma puede ayudar también a toda la familia, tanto a los niños como al padre y la madre. Puedes comenzar un maravilloso camino de la gestión emocional consciente, que mejorará la autoestima y las relaciones con los demás. Necesitamos recuperar la calma, para responder con nuestros hijos de una forma adecuada y no reaccionar de forma automática e inconsciente.
También te puede interesar leer sobre crianza respetuosa:
Castigos para niños, ¿sí o no?
Mi hijo me pega y muerde
Mi hijo no quiere dormir solo