El tema de niñas o niños que tienen el habito de succionar o chuparse el dedo puede ser tomado de diferentes maneras, según como lo viva el adulto, según la edad y situación familiar que se esté viviendo en ese momento.
Si son muy pequeños, los bebés y niños que tienden a chuparse el dedo o el pugar, puede resultar una imagen hasta simpática o no tanto. Conforme va creciendo, a partir de los 4 o 5 años, es muy habitual que el hábito de chuparse el dedo ya no resulte tan agradable para el adulto e incluso, para el propio niño o niña que puede relacionarlo como una adicción difícil de quitar.
Vamos a tratar el tema del hábito de chuparse el dedo, de sobre qué hacer y cómo hacer cuando tu hijo o hija se está chupando el dedo, para integrarlo como un nuevo aprendizaje progresivo a implementar, acorde con el desarrollo emocional que también sostiene este hecho.
Porque de lo que se trata es, que si ha llegado a esta succión del dedo, es importante utilizarla como una muleta que puede ayudar a gestionar sus propias emociones para llegar a la calma. Eso sí, como muleta significa que estará como ayuda y por un tiempo determinado. Porque si el chuparse el dedo en vez de muleta se convierte en la principal vía de gestión emocional para llevar a la seguridad y calma, es cuando ya no es una muleta. Es una dependencia y una adición que le limita a la hora de buscar más recursos de gestión emocional.
Porque los niños se chupan el dedo
Los motivos de por qué se chupa el dedo un niño o niña, pueden ser variados y específicos en cada situación concreta. Lo que sí es importante saber que, los niños en los dos primeros años de vida, están en la fase oral.
¿Qué quiere decir eso? Que el conocimiento del mundo exterior lo recoge principalmente mediante la boca. Y por ello, todo lo chupa y se lleva los objetos a la boca como medio de experimentación y recogida de información.
Además, en la boca, al succionar, experimenta el placer y seguridad con la que le ayuda a establecer vinculaciones sociales, y también le ayuda a realizar este tránsito de relación madre-a la salida y conocimiento del mundo.
Es por ello que un pecho, no sólo es alimento, sino también lugar de cubrir las necesidades de afecto, seguridad y relación con la madre, principalmente.
Si el pecho no está o falta la presencia y disponibilidad de la madre, el bebé va buscando sus propias alternativas. Puede que le ofrezcan un chupete y lo rechace, o directamente quiera cubrir estas necesidades mediante su propio dedo.
La acción de chuparse el dedo es normal durante la primera fase evolutiva del niño. En los primeros meses están muy conectados con su propio cuerpo, cuando descubren el dedo y la necesidad básica de succión y seguridad esté sin cubrir, es muy habitual que recurran al dedo por la doble experimentación que le ofrece al recoger información por dos fuentes: boca-succión-piel y seguridad-calma.
Cómo hacer que no se chupe el dedo
Chuparse el dedo puede ser un hábito difícil de abandonar para un niño. Te doy una pautas qué puedes aplicar para ayudar a tu hijo a que deje de chupar el dedo.
- Lo primero es buscar información en nuestro hijo de por qué se chupa el dedo . ¿Está necesitando más pecho? ¿Más contacto con la madre? Y si es así, ofrecerle ambas opciones.
- Si mantiene este hábito de chuparse el dedo en el tiempo, por ejemplo a partir de los dos años, es importante recoger información de la situación emocional que puede estar viviendo sobre ese contexto. Puede ser que especialmente lo haga cuando entre en el aula de la escuela, o cuando se acerca a un nuevo grupo de personas desconocidas. Aquí, seguir con ese contacto y cercanía con mucha intención de mostrar disponibilidad.
- Verbalizar sin culpabilizar el acto de chuparse el dedo, puede ayudarle a tener más información de lo que está sucediendo y de sí mismo. La forma del mensaje te propongo que sea informativa, muy neutral. Por ejemplo: “Veo que te estás chupando el dedo. ¿Estás nervioso? ¿Cansado?” Y mostrar la cercanía hacia nuestro hijo e hija. Así también ayudas a dar consciencia a sus acciones y desde ahí, puede entrar en acción. Si no lo ves y no sabes, no te implicas.
- Acompañar a nuestro hijo, sin culpabilizar de chuparse el dedo. Será un reto que lo conseguirá progresivamente. Y necesita de tu apoyo, cercanía afectiva para que recoja fuerzas y mensajes positivos que le alienten a conseguir distintos recursos de gestión emocional. Será importante para que lo viva como un reto personal alcanzable.
Es malo chuparse el dedo
- Chuparse el dedo se convierte en un problema, cuando se convierte en una adicción y no incorpora otras maneras de buscar su propia calma cuando se pone nervioso o tenso ante alguna dificultad. Por ejemplo, la respiración o pedir ayuda verbalmente, etc.
- Comienza a ser un problema, cuando hay también inconsciencia de la acción en el propio niño o niña, vamos, que ni se da cuenta de que lo hace.
- Cuando no hay acción de esfuerzo mínimo y no lo ha incorporado en un reto a conseguir, dejar de chupar el dedo. Lo puedes observar cuando muestra una actitud pasiva a una nueva acción y cada vez se refugia más en el acto de succión del dedo.
- Cuando se siente que no puede superarlo y le está creando una imagen de si mismo como de vergüenza ante los demás, de posible rechazo social por seguir chupándose el dedo.
- Es importante actuar, cuando hay afectación de malformaciones maxilofaciales, dentales y del desarrollo del propio lenguaje.
- En resumen, es un problema, si le está condicionando en su forma de vida social, física y emocional.
Es importante pedir ayuda de una persona experta en acompañamientos de crianza para crear las pautas y herramientas necesarias para lograr que deje de chuparse el dedo, y conseguirlo de forma satisfactoria, sin dañar la relación ni la identidad de su persona.
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