Para saber cómo afrontar un llamado “fracaso escolar” antes es necesario saber ¿Qué se entiende por fracaso escolar y por qué se produce? Y es que se trata de una problemática donde están en juego muchos factores: propios del sistema educativo, del alumno, del contexto…
Y un aspecto importante a cuidar son las formas de expresar y mirar el “fracaso escolar”. Se puede mirarlo como un hecho rotundo y que no se puede cambiar, o como una información a la que debemos de atender para solucionar. Desde esta mirada diferente una de la otra, puede o no dañar la autoestima y el concepto de auto valía de un niño. Y no sólo para el niño, sino para los padres quien pueden sentir la culpa por no haber sabido ayudar en lo que necesitaba.
Aunque en este post escuches la palabra “fracaso escolar”, quiero evitar la posible connotación negativa que pueda tener y recojo la definición de Marchesi como: “alumnos con bajo rendimiento académico”, “estudiantes que abandonan el sistema educativo sin la preparación suficiente” o incluso “dificultad en la adaptación del sistema educativo”
En este artículo abordaremos sus posibles causas, qué tipos de fracaso escolar existen y cómo la mejor forma de afrontarlo es desde la prevención.
“A los niños se les debe enseñar a pensar, no qué pensar”.
-Margaret Mead-
¿Qué es el fracaso escolar?
Cuidando la connotación negativa de esta expresión de fracaso escolar, lo podemos considerar como la situación en la que los alumnos no consiguen los logros esperados según sus capacidades, es decir, el alumno rinde por debajo de sus posibilidades, o las expectativas evaluadas del equipo de profesores y esto influye en otros aspectos de su vida.
Tipos de fracaso escolar
Se puede clasificar en cuatro tipos:
- Primario: aparece en los primeros cursos de escolarización con una falta de atención acentuada, bajo rendimiento, conductas indebidas, desmotivación respecto a otros compañeros… La detección temprana y seguimiento es fundamental para determinar las causas y evitar el fracaso escolar en primaria.
- Secundario: normalmente se manifiesta en las últimas etapas de Primaria y, especialmente, en el paso a Secundaria (a partir de los 12-13 años) entre alumnos que hasta ese momento obtenían buenos resultados académicos. El motivo suele ser el cambio de la infancia a la adolescencia o cualquier otro evento importante en la vida del niño que pueda interferir en su vida escolar.
- Circunstancial: es transitorio y aislado, ya que aparece en un momento determinado por causas concretas y excepcionales (muerte de un progenitor, cambio de centro, problemas con los amigos, separación de los padres…). Son situaciones que provocan al niño un impacto emocional grande. Si las causas se pueden llegar a identificar, resulta más sencillo abordarlas desde su base.
- Habitual: se da cuando los malos resultados académicos son lo habitual en todas las etapas educativas. Suele deberse por algún tipo de trastorno de aprendizaje, retrasos en el desarrollo, enfermedades neurológicas, familias muy desestructuradas en las que los niños no reciben ningún apoyo y viven situaciones graves desde pequeños o también la falta de una intervención adecuada en los primeros indicios del problema.
Causas del fracaso escolar
El llamado fracaso escolar no se puede explicar por una única causa. Realmente es un conjunto de factores que influyen y se correlacionan entre sí, dando como resultado que no adquiera las habilidades de aprendizaje con éxito. Cada persona tendrá su causa concreta.
Las causas del fracaso escolar pueden deberse a diferentes tipos o factores:
Alumno:
- Autoestima, bajo auto-concepto de sí mismos.
- El nivel motivacional del alumno: disminuye su propio interés por aprender y generar curiosidad.
- Bajo nivel de esfuerzo: falta de actitud a intentarlo por no querer fracasar.
- Falta de atención. La falta de concentración en la realización de las tareas suele ser un detonante del bajo rendimiento escolar.
- La percepción que tiene del apoyo y la forma de ayuda de sus padres.
- La implicación del niño en su propio proceso de aprendizaje: falta de responsabilidad en su asuntos
- Sus actitudes y creencias en relación a la enseñanza: que pueden derivar en la creación de falsas creencias sobre sus posibilidades de conseguir alcanzar los retos y capacidad de autosuperación que conlleva esta vivencia.
- Problemas de aprendizaje: dificultades auditivas, visuales, de movimiento, etc.
- Falta de estrategias para desarrollar su capacidad de aprender a aprender.
- Altas capacidades: se aburre en clase.
- Dificultad en las estrategias recibidas para poder gestionar sus emociones: lo que puede dar a lugar frustración constante y asunción de que tiene una dificultad.
- Malestar emocional: puede estar provocado por problemas familiares, relacionales, escolares, etc.
- Indefensión aprendida: respuesta de pasividad y sumisión ante situaciones que suelen ser desagradables, normalmente después de haber vivido una experiencia traumática. Aprende a tolerar el sufrimiento y se cree que no hay nada que pueda hacer para evitarlo.
* Todas estas posibles causas se relacionan e inciden unas en otras.
Entorno, suelen estar relacionados con factores sociales y familiares:
- Nivel socio económico familiar.
- La relación del niño con su entorno.
- Estructura familiar.
- Clase social y origen del alumno.
- Profesión de los padres.
- Cultura.
* Es importante que el sistema educativo proporcione respuestas educativas que fomenten la igualdad de oportunidades para todo el alumnado, indiferentemente de la situación particular de cada familia.
Causas propias del sistema educativo: Tienen que ver con el funcionamiento en la gestión, administración, pedagogía y didáctica, que afecta al rol del profesor.
- Práctica docente.
- Administración educativa.
- Actitud y creencias del equipo educativo.
- Gestión del centro educativo.
- Método de enseñanza.
- Preparación y nivel del profesorado.
- Capacidad del profesor para motivar al alumnado.
En muchas ocasiones el fracaso surge de la interrelación de muchas de estas causas, no sólo a una de ellas.
Cómo evitar el fracaso escolar en primaria y secundaria.
Aunque el fracaso escolar es un problema que tiene muchos motivos que confluyen, es importante analizar las posibles causas en cada caso. Sobre todo en la prevención de esas situaciones. Todo indicio que lleva a una sospecha de que hay algo que no va bien, es mejor actuar y prestar atención.
Atención y actuación graduada a la situación. Es el gran enfoque de la prevención, atendiendo también a nuestros miedos y presión para que no sean los que acucien el problema. A veces nuestra cabeza va muy rápido y que curioso es que, desde los miedos, nos vamos a la versión más complicada y negativa de la situación.
Cuidar la motivación que tiene cada niño por esencia, con la que nace. Todos queremos descubrir el mundo en el que nacemos. Así que la motivación siempre está aunque haya que rescatarla o destaparla.
Desde las primeras etapas de vida, es importante cuestionarse delante de los niños los mecanismos o funcionamiento de las cosas. “¿Y por qué si le doy a este botón aparece..o pasa?” La curiosidad ante los aprendizajes de lo que acontece es fundamental cuidarlo y mantenerlo en primaria y secundaria. Y conectar con todo lo que les interesa desde ese cuestionamiento.
Aprender a aprender. Lo importante es acompañarles a buscar las distintas posibilidades de información que hay. Más que el resultado de las notas en sí mismas. El procedimiento de conseguir un aprendizaje es lo importante a no perderlo. Esa es la fuente, la memoria es más secundario y complementario.
Cuando tu hijo te pregunte algo, vuelve a lanzarle la misma pregunta. “Anda, es verdad! ¿Y por qué será?” Así le ayudas a realizar las conexiones neuronales que construyen el pensamiento para encontrar las soluciones, aunque sean erróneas.
Comprobar los resultados para incluir los errores como aprendizaje. Importante desde el mismo contexto de exploración, investigación, curiosidad y descubrimiento. Las culpas dañan y no son necesarias. Necesitan alentarse a ellos mismos y poner el foco en lo que pueden hacer diferente para seguir su aprendizaje.
La comunicación con la persona tutora, ayudará a tener más información de la situación y la actuación desde la prevención.
La participación de los padres en el centro, al hijo le ayuda a aumentar la importancia que tiene para él y una manera también de trasmitirle que es valorado.
La comunicación entre padres e hijos con escucha activa y afectiva es fundamental para entender y saber cómo se encuentra. Cuidar la ayuda de un padre y madre para que pueda acudir ante cualquier problema y que pueda compartirlo mediante la escucha activa, es siempre un requisito en la prevención de un problema mayor.
Observación de su comportamiento dentro y fuera de la escuela. Conocer sus amistades y saber cómo se encuentra dentro de ellas. Las relaciones sanas es otro aspecto fundamental a cuidar, así como el aprendizaje de establecimiento de límites consigo mismo y con los demás.
Aprovechar las situaciones cotidianas que le resulte difícil para acompañarle a resolverlo y gestionar así la frustración y fomentar la actitud positiva que se requiere para superarlas.
Recurrir a profesionales que cuiden la motivación y fomenten la autoestima del niño, puede ser de una gran ayuda para fomentar la valía.
Consejos para prevenir el fracaso escolar
- Educarles para que sean responsables y desarrollen su capacidad de esfuerzo adecuada a su edad y a la situación.
- Disciplina positiva. Establecer unos límites con firmeza y amor son muy importantes para generar el contexto favorable de atención y dedicación en los aprendizajes.
- Escucha activa y comunicación efectiva para seguir conociendo cada situación que está viviendo, sus dificultades o posibles problemas.
- Transmíteles confianza. Es importante cuidar su auto concepto, para ello deben percibir que nosotros les vemos capaces de lograrlo que confiamos en ellos y en sus capacidades. Pon el foco en sus capacidades y verbaliza con optimismo lo que todavía no ha conseguido con un: “estoy segura que cuando estés preparado para esto, lo conseguirás”.
- Enfocar en las soluciones de los problemas y probar cómo ha ido para seguir afinando las formas más eficaces desde un gran aprendizaje del error. Acompañarles en ese paso a paso para que sepan cómo hacerlo.
- Comprueba que no tiene ningún problema emocional, en su ambiente escolar, amistades, etc.
- Mantén la comunicación y el dialogo con el centro escolar. La información que nos puedan aportar será muy útil para conocer las causas y saber qué es lo que necesita y le beneficia.
- Fomentar su implicación en su propio proceso de aprendizaje. Saber la utilidad de lo que están aprendiendo para que le encuentren sentido, les puede ayudar a mantener la motivación.
- Abordar la situación de forma multidisciplinar que pueda dar respuesta a dificultades cognitivas, sociales, emocionales o psicológicas.
- Pedir ayuda a profesionales especializados y preparados para guiar a los padres y a los hijos.
- Favorecer la implicación de todas las personas adultas que acompañan al niño. Desde los docentes para que puedan adaptar sus currículos y metodologías, hasta las miradas de todas ellas para que puedan tener en cuenta las fortalezas y capacidades que hagan de palanca de fuerza compensatoria de las debilidades y las necesidades educativas especiales.
Es importante saber que las calificaciones académicas no son un indicador exacto de la capacidad o aptitud de los niños y niñas. Toda persona con los medios adecuados y con un proceso adaptado, todos pueden desarrollarse si encuentran la fuerza de alrededor que le impulse a ello. Por ello, el cuidado de una sana relación con los padres siempre ayudará al hijo.
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