Posiblemente en algún momento te hayas escuchado decir esta mini frase “te lo dije” a tu hijo. Y aunque estas tres palabras pueden tener una apariencia inofensiva, no lo es tanto porque dañan el autoconcepto de tu hijo y la relación entre vosotros.
Es de lo que hoy hablaremos, para comprender el motivo de este daño y cómo poder transformarlas por otras expresiones reconfortantes para todos y evitar esta vena futurista adivinatoria que nos invade como adultos y a todos nos molesta.
Cuando alguien te dice “te lo dije”, ¿has identificado cómo te sientes? Puede que el dolor os haya enredado en otra situación y no hayas reparado en el origen. Si es así, puedo añadir que probablemente te sentiste:
- Desconfían en mí y te lo demuestro.
- Desobediente regañado.
- No sabes y el otro sí.
- El otro mejor que tú y las comparativas.
- No te das cuenta y despistado. El otro no.
- Equivocado y el otro con toda la razón.
Así que si te sale decirle a tu hijo, esta frase de “te lo dije”, recuerda que también vivencia sentimientos dolorosos. Lo que conllevará a muchas situaciones en las que, dependiendo de su carácter y de la situación en sí misma, se exprese con un ataque-defensa y la lucha de poderes está servida. Desde aquí, todos pierden.
Y si además, el “te lo dije…pero eres…” Probablemente un adjetivo nada positivo, rematamos la faena del daño y malestar.
Consecuencias de decir «te lo dije” a tu hijo
Como has podido comprobar la importancia de dejar esa bola de cristal adivinatoria del “te lo dije” “te lo advertí”, que contradiciendo la propia canción “que tiene esa bola que a todo el mundo NO le mola”, aquí tienes algunas consecuencias en tu hijo al escucharlo:
- Daña el concepto de sí mismo, al aumentar su desconfianza y mostrar que su decisión no ha sido la acertada ni la que valía la pena hacerla.
- No fomenta la actitud de aprender y del saber por comenzar por fomentar el “error” como juicio.
- Alimenta el sentimiento de inferioridad, por evidenciar que podías haberlo hecho de otra manera y no lo has hecho.
- Sensación de la equivocación como un fracaso.
- Es más complicado enfocarse en las soluciones porque el foco de atención está en el error.
- No desarrolla ni se cuida la actitud necesaria para querer recoger el aprendizaje con responsabilidad.
- No solventa ni ayuda a solucionar el problema.
- Generan enfado con la otra persona, dolor y distancia.
- Va dañando poco a poco la relación y el vínculo.
Cómo minimizar el «te lo dije”
La forma de minimizar este “te lo dije” es directamente evitando esta forma de expresión. Pero como todo cambio de comunicación requiere su tiempo, seguro que te ayuda a entender más sobre el motivo de que te invito a cambiar esta expresión.
Y lo mostraré con cuatro pasos:
1º Paso: Reflexionar desde dónde te relacionas con tu hijo, desde el autoritarismo, ya sea sutil o evidente, o desde una autoridad democrática. Desde el miedo real o miedo creado, para que haga o deje de hacer algo. Cuanta más claridad tengamos de lo que hacemos, mejores posibilidades tendremos para cambiar lo que no deseamos.
Si miramos un poquito más de su trasfondo, encontraremos que hay intención de control. Y el control es también la causa de los problemas.
2º Paso: Cómo pones en práctica tu deseo de bienestar y protección de tu hijo. Porque aunque desees prevenir a tu hijo de algún peligro o consecuencia que para ti es muy clara y evidente, y si además para él no lo es tanto, se nos puede olvidar tenerle en cuenta su necesidad y sólo prevalezca la tuya como adulto.
3º Paso: Pensar antes de actuar y de hablar, es importante para que puedas responder de forma que pueda enfocarse en las soluciones y aprendizajes en vez de reaccionar con un “te dije”. Y si te escuchas diciéndolo, rectifica con un: “Lo siento, quería decir….”.
4º Paso: Acompañar sin interferir, dando un papel activo con responsabilidad de la situación. “Veo que estás muy alto en ese lugar ¿qué puedes hacer para cuidarte y estar seguro?”
Alternativas para evitar decir «te lo dije”
Con calma, irás encontrando alternativas para sustituir un “te lo dije” por otras formas de comunicación más sanas que fomenten su auto concepto, sus aprendizajes de vida y vuestra relación.
Algunas alternativas pueden ser:
- Preguntas abiertas como por ejemplo: “¿Qué a pasado?” Es una forma de comenzar de nuevo y enfocarse en los hechos que aportan la información necesaria para comenzar a recoger aprendizajes.
- Sustituir el “te lo dije” con información descriptiva de lo realizado. “Veo que has subido al tobogán con el juguete en la mano y ¿te has resbalado y caído al suelo?”
- Buscar la mirada responsable y participación. Por ejemplo: Al llegar a un espacio nuevo, puedes preguntar si ve algún lugar peligroso y qué puede para estar seguro ahí. Si es tenido en cuenta tomando parte activa de su propia seguridad, se desarrollará la responsabilidad y auto cuidado que quieres fomentar de forma positiva. Es una manera de educar en el concepto de seguridad activa, tal y como defiende Heike Freire, en vez de estar preocupados por los peligros y advirtiéndoles constantemente a tu hijo.
- Hablar de lo sucedido con neutralidad para recoger su aprendizaje: “¿Podrías haberlo hecho de otra manera? O, si volvería a pasar, ¿cómo lo harías en ese momento?”
- Cuando comentan errores, nombrarlos de forma descriptiva y de nuevo, neutral, sin adjetivos, ni juicios ni por supuesto el “te lo dije”, para mencionar un “estás aprendiendo y para ello también nos equivocamos” “A mí también me pasa”.
Con deseo de que ya no veas esta mini frase aparentemente inofensiva como una simple manera de hablar, y puedas seguir comunicarte de forma alentadora que ayude a todos a crecer desde el cuidado del bienestar y de la relación.
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