Las emociones son las encargadas de determinar como afrontamos la vida. Ahora bien, dependiendo de como se regulen y se gestionan las emociones, éstas podrán convertirse en grandes aliadas o grandes enemigas de toda persona.

El objetivo será conseguir formar un gran equipo cooperativo entre el niño y sus propias emociones. Y el comienzo para conseguirlo será desde un auto conocimiento y guía de un adulto. Sólo así el niño conseguirá gestionar las emociones como mecanismo gratificante de relación personal y social.

Importancia de la educación emocional en los niños

Con una educación emocional, un niño podrá crear las condiciones adecuadas para poder vivir la vida con bienestar y plenitud.

Para un niño, aprender a identificar las emociones y a regularlas, es un gran reto complicado de conseguirlo por si mismo. Esto es debido a las características neuronales y fisiológicas que tiene el cerebro de un niño. La parte cerebral que se requiere para hacerlo con autonomía, es el neocortex. Es el cerebro pensante, el que razona antes de actuar, de planificar las consecuencias, de inhibir los impulsos, etc. Y en los primeros años de vida, el neocortex esta en desarrollo inicial y no cuenta con la totalidad de sus posibilidades.

Además, a esta característica de desarrollo infantil, se añade otra peculiaridad. Su cerebro infantil, todavía no tiene la capacidad de desarrollar frenos inhibitorios. Esto le interfiere en la regulación de emociones de forma autónoma y completamente responsable. Por este motivo necesita la ayuda y acompañamiento de un adulto que hará de freno inhibitorio y le ayudará a practicar las diferentes habilidades necesarias hasta que pueda conseguirlo por sí mismo. A partir de los 9-10 años cuando ya comienza a estar preparado para desarrollarlos de forma más autónoma, aunque dependerá del entrenamiento emocional que haya tenido y siga teniendo.

Así que, acompañamiento y entrenamiento emocional, es una pieza clave de la educación en los niños que le ayudarán a regular y controlar las emociones para que impacte en su convivencia y favorezca su desarrollo individual desde un bienestar.

Todo un gran entrenamiento emocional educativo que es de por vida. Dependiendo como se realice, el niño conseguirá convertirse en:

  • Niño como persona jefe de sus propias emociones lidiando su vida de una forma positiva y resolutiva.
  • O las emociones serán sus jefas y el niño un amo sumiso y dependiente de ellas que no puede asumir la responsabilidad de las acciones.

Por qué es importante trabajar las emociones en los niños

La gestión emocional es importante trabajarla en los niños porque al tener las características cerebrales mencionadas, la forma de expresar las emociones es desde la impulsividad y descontrol. El cerebro emocional, el límbico, campa a sus anchas.

Necesita el acompañamiento adulto  para que le guíe y le ayude a convertir a las emociones como grandes aliadas de su vida. Gracias a ellas, podrá aumentar la percepción sobre lo que le ocurre, desarrollando una conexión, auto concepto, auto estima positiva y gratificante.

Y es que las emociones y sentimientos reflejan nuestro mundo interno. Son las encargadas de informar a cada persona cómo está, cómo vive, qué sucede a nuestro alrededor. Si las necesidades primarias básicas que necesita toda persona para conseguir un crecimiento y desarrollo integral no están cubiertas, las emociones gritan con conductas dañinas que hacen de aviso.

Por lo tanto, las emociones son un sistema de información del desarrollo. También son un elemento importante de descarga y liberación. Si las reconocemos y permitimos su expresión, no se entorpece en el desarrollo. Eso sí, con la ayuda del sostén emocional adulto para que no haga daño a sí mismo ni a los demás.

Es fundamental realizar un trabajo emocional respetuoso y conectivo, para que el niño pueda encontrar la vía de expresión seguras para él y para los demás. De esta manera, las emociones no se quedarán bloqueadas generando toxicidad emocional que podría dar comienzo un gran malestar interno.

Por ello, un trabajo emocional positivo estará acompañado de límites con respeto, firmeza y amor para que el niño se sienta seguro de sus sentimientos y los pueda expresar plenamente aunque necesite esta ayuda en sus formas. Esta será la manera de conocerse más a uno mismo, entendiendo muchas de las conductas que las emociones provocan.

El mensaje clave: “Enfádate lo que necesites sin hacerte daño a ti ni a nadie”.

Objetivo: canalizar la forma de expresión de las emociones  para que cada niño pueda conseguir que las emociones sean unas grandes aliadas positivas de su vida. De no ser así, las emociones pueden convertirse en unas enemigas de uno mismo, al no poder recoger la información que les dan ni saberlas expresar de forma proporcionada a cada situación.

 

Beneficios de la inteligencia emocional

El aprendizaje de habilidades para gestionar las emociones, tanto las incómodas, como las cómodas, le  llevará al niño a desarrollar una inteligencia emocional, base del bienestar de las personas.

Muchos son los grandes beneficios gratificantes y positivos para uno mismo y para los demás. Algunos de ellos:

  • Un sano concepto de sí mismo y auto conocimiento.
  • Confianza en sus propias capacidades, con seguridad y confianza.
  • Relaciones satisfactorias con uno mismo y los demás.
  • Afecta positivamente al rendimiento escolar y procesos académicos.
  • Favorece la concentración y atención.
  • Permiten el uso del pensamiento racional y creativo.
  • Mejora la capacidad de atención y concentración.
  • Favorece la adquisición de todo aprendizaje.
  • Aumenta la motivación y ayuda a alcanzar metas.
  • Amplía la agudeza y profundidad de la percepción e intuición.
  • Ayuda al a identificar lo que siente.
  • Comunicación asertiva: comunica lo que necesita sin herir lo que siente y piensa.
  • Aprende a relacionarse desde la empatía.
  • Mejora la capacidad para resolver conflictos.
  • Responden de forma consciente y responsable.
  • Gran desarrollo social satisfactorio.
  • Facilita la gestión emocional saludable para tolerancia a la frustración, rabia, enfado, miedos, etc.
  • Sienten un bienestar personal y social.
  • Sabe poner límites ante los demás desde el respeto.
  • Respeta los límites de los demás.
  • Reduce la ansiedad y ayuda a superar dificultades.
  • Desarrolla una actitud positiva ante el desarrollo personal individual y social.
  • Otorga capacidad de influencia y liderazgo. Autocontrol emocional
  • Incremento la sensación de calma. Descansan mejor.
  • Promueve su capacidad de escucha.
  • Aprende a gestionar sentimientos intensos y a controlar reacciones impulsivas.
  • Previene comportamientos de riesgo.
  • Desarrolla la proactividad y responsabilidad.

Actividades y juegos para trabajar las emociones

Muchas son las actividades y los juegos para trabajar las emociones en los niños. En realidad, la mejor actividad es aprovechar todos los acontecimientos naturales del día a día para desarrollar competencias emocionales.

En todas las actividades, será importante el ambiente de divertido de juego. Recuerda que el juego es el mecanismo natural donde confluyen todas las emociones. Y adultos y niños aprendemos jugando desde la práctica y diversión.

De nuevo recuerdo la pieza clave: el acompañamiento y guía del adulto. Importante que sea desde la presencia y disponibilidad para sostener, canalizar las emociones y generar el ámbito seguro de expresión.

Un recurso que puede acompañar es la música, que llega directamente a las emociones.

Una actividad de base será el prestar atención y escuchar sonidos y/o sensaciones corporales. Puede ser cerrando simplemente los ojos y escucharnos, con o sin masaje prestando atención a las sensaciones que tengo también cerrando los ojos, etc.

Utilizar el cuerpo como el medio de expresión del mundo emocional. Saber lo que me sucede, cuando me sucede, entenderlo y comenzar un proceso de amistad con la misma emoción, es la actividad diaria que todo ser humano deberíamos usar continuamente.

Cuando tu hijo una emoción más intensa, le puedes proponer que identifique en qué parte del cuerpo lo siente y cómo lo puede contar. Le puedes ayudar completando con la información corporal que ves. Eso sí, sin juzgar. Sólo describiendo los gestos corporales.

Una vez que estas actividades que permiten conectar con su propio cuerpo y aumentar su percepción de las emociones y sentimientos en él, es el momento de añadir el nombre concreto de la emoción. Pero insisto, el nombre de la emoción va después de tener claro el significado en el cuerpo de la sensación e información corporal. Y describir qué es lo que esa emoción y sentimiento te lleva a hacer de forma automática (conducta).

La narrativa de cuentos ayuda a vivenciar emociones desde una expresión libre de lo que sienten. Importante no utilizarlo con  finalidad de controlar las emociones en el sentido de que no salgan. Por lo tanto, el objetivo del cuento no debe de ser que  dejen de pegar, o tener rabietas, o se pongan contentos si se sienten tristes. Es crear más opciones de expresar estas emociones.

Actividades complementarias para canalizar las emociones, por ejemplo las incómodas del enfado, rabia, miedo, tristeza, etc., pueden ser:

  • Jugar con plastilina.
  • Ofrecer dar golpes a un cojín, pierna al suelo.
  • Romper o rasgar papel de periódico.
  • Tener un lugar y momentos de gritos.
  • Jugar con globos porque no hacen daño.
  • Relajación guiada con música.
  • Escuchar música tranquila y respirar
  • Poner un objeto en la barriga y ver como sube y baja al coger y soltar el aire.
  • Pintar mandalas.
  • Baño con pinturas, bompas de jabón.
  • Crear espacios de calma.

 

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