Después de todo el curso escolar los niños y niñas están cansados, agotados.  Nuestros hijos están deseando disfrutar del verano y los padres y madres también. Pero como adultos, nos podemos encontrar con dificultades de establecer un equilibrio entre el mantenimiento de normas-relax y  los hábitos, entre ellos, especialmente los saludables. Y más cuando le sumamos la conciliación laboral en verano.

La conciliación familiar en verano para algunas familias es mucho más sencilla que en otras que se complica mucho más. Hay muchos factores que influyen en esta diferencia. 

Un de los  factores es la flexibilidad laboral y combinaciones de los padres para disponer de tiempos de atención a los hijos. Y ya en el factor genérico, donde están incluidos todas las familias, es la situación emocional con la que comienzas y miras el verano. Puede ser que sea el ansiado momento para relajar mente y ritmo y desees que llegue con mucha ilusión, o puede que también, te genere mucha tensión por experiencias vividas en otros veranos, en los que los momentos de relación con los hijos aumenta y con ello, también las tensiones y malestares.

Te traigo algunas ideas y propuestas para las vacaciones escolares a tener en cuenta, para dar respuesta a estas situaciones variadas y poder disfrutar del verano lo mejor que esté en tus manos con tus hijos. Es importante tratar de disfrutar el tiempo que pasemos con nuestros hijos al máximo.

Es importante que las vacaciones sean un tiempo de diversión para toda la familia y de experiencias bonitas a recordar .

Propuestas y recomendaciones saludables para las vacaciones escolares

  1. Es momento de conectar el adulto consigo mismo, hacer y disfrutar de aquello que le gusta hacer, como puede ser la lectura, pasear. Si los padres se cuidan, ayudan a llenar su energía y fuerza para poder sostener mejor las expresiones emocionales de los hijos. Con pequeñas grandes cosas, como puede ser echarse la crema en la cara con cuidado, atención y cariño, es un mini cuidado que puntúa y que todas las personas podemos hacer. No sólo te cuidas tú y afecta a la relación con tu hijo e hija, sino que también le ofreces un gran modelo a imitar como forma de cuidarse el mismo.
  1. No recortar las horas de sueño de los niños. Una buena medida puede ser retrasar la hora de irse a la cama y la de levantarse, de manera que sus horas coincidan más con las de los adultos.
  1. Establecer horarios definidos en verano. Por ejemplo, mantener un orden en la hora de la comida, merienda y cena ajustado a las necesidades de tu hijo y padres, le ayuda a ubicarse y a alimentarse mejor.
  1. Mantener sus pequeñas responsabilidades. Involucrar a los niños en las tareas del hogar. Pueden ser cambiantes por días o por semana para que sigan motivados a hacerlo. En vez de recordar cansinamente y desde una orden: “María, pon la mesa…” te invito a preguntar “¿Quién se va a encargar de poner la mesa?” u ofrecer ayudas que activen sus ganas «Cómo vas a poner la mesa sólo o te ayudo», y evidentemente es ayuda cooperativa con tu hijo o hija. Así favoreces la acción y no la negativa. También puedes concretarlas en momentos de asambleas familiares, si está llevando a problemas.
  1. Respetar los límites.  Establecer unas normas o límites claros. Y si están representados en un cartel hecho con tu hijo e hija, mejor. Recordarlos a modo informativo, es muy necesario.
  1. En verano debemos evitar el uso excesivo de exposición a pantallas (videojuegos, televisión o móviles). Aprovechar el agua, piscina, ríos, juegos de mesa en la calle, observar animales, plantas e insectos es un atractivo que rompe con los momentos que relacionan con pantallas. Fundamental, si consideras incorporar estos medios audiovisuales, importante pensar cuánto tiempo y momentos quieres que se destine a ello para que las normas estén muy claras y sean coherentes. 
  1. Continuar con hábitos de comida generales a los del curso escolar, sobre todo en agosto y si tu hijo o hija va a comenzar en el comedor del centro educativo. Siempre adaptado a la estación estival con frutas de la temporada.
  1. Planificar los tiempos de descanso, actividad y tiempo libre. Tener una estructura general con rutinas, ayudará a toda la familia a encontrar un equilibrio entre descanso, diversión y atención. Importante que participe tu hijo e hija para la motivación y para el aprendizaje de la gestión de su propio tiempo.
  1. Conectar con tu hijo e hija. Es momento ideal de escucharle, observarle, mirarle con nuevos ojos para resetear el nivel de desarrollo que se encuentra, saber qué nuevos retos y responsabilidades le puedes pedir y que no. Y lo puedes saber si paras y le miras como si fuera uno nuevo en tu familia. Además, no sólo tu hijo se nutrirá al ser mirado y escuchado, sino que también a ti te ayudará a no tenerlo en el eterno niño como si la vida no pasara. Es importante hacer un duelo progresivo a la infancia por parte de todos, padres a hijos e hijos consigo mismos. Todos salen beneficiados de ello. Cada momento tiene su peculiaridad y en el verano es un gran momento para identificarlo y mantener y/o aumentar responsabilidades.
  1. Las rutinas cambian en verano. La flexibilidad es importante incorporarla en la vida para aprender a vivir desde la improvisación y no tanto el control. Hay niños muy estructurados que tienen tendencia a rituales cerrados, como puede ser poner la caja de las galletas al desayunar de una manera y que es necesario ir aprendiendo a modificarlos para no generar una dependencia artificial que luego le genere extras de mayor frustración si no está como quiere o no hace la otra persona lo que tenía en mente, la inseguridad y angustia de no saber lo que va a pasar. Así que las vacaciones es un momento importante para encontrar un equilibrio entre la flexibilidad y una estructura general de base. Es el gran aprendizaje de vida, aprender y adaptarse a los imprevistos de una forma segura.
  1. Juegos y planes en familia, con la combinación de momentos individuales. Jugar en todos los momentos con los hijos, además de poder ser agotador, no beneficia del todo. Te animo a que alternes momentos que puedas estar como adulto protagonista secundario, con otros en los que puedes ser uno más en el juego. Importante que haya un  equilibrio de establecer momentos para cada uno, con límites con respeto. Momentos de juegos individuales para todos al mismo tiempo, puede ayudar a todos, especialmente entre hermanos. También es un gran momento para jugar  con nuestro niño interior que todos tenemos dentro, conectar con uno mismo y crear otros contextos de conexión de tu hijo contigo.
  1. Y si estás buscando lugares de ocio y socialización apropiados para que tu hijo e hija estén bien mientras que tú también lo dedicas a trabajar o autocuidado o lo que necesites, hazlo sin culpabilidad y con responsabilidad. Para que tú estés bien, también es importante que tu hijo o hija también lo esté. Por ello, la selección del lugar, personas con las que puede estar y tu acompañamiento a este cambio, también es importante. Así evitarás un posible mensaje oculto que puede recibir tu hijo que le puede llevar a sentir el “síndrome de niño aparcado por ser molesto, de sobra, etc”.
  1. Hacer que los fines de semana y los días entre semana sean diferentes y se diferencien de alguna manera sencilla. Con sólo introducir un elemento diferente puede resultar ya un bonito recuerdo. Por ejemplo, el día de helado en fin de semana.
  1. No sobrecargar de actividades el tiempo estival. Resulta ideal que nuestros hijos realicen actividades físicas y mentales cortas y variadas en el verano, ya que en el verano se aprende mucho. Escucha los deseos de tus hijos y haz una combinación con los vuestros para encontrar un equilibrio en todas las necesidades. 
  1. Disfrutar todos los días de un rato de ocio individualizado en familia. Es importante parar el ritmo del día y como adulto y padre-madre, estar con intención y atención con tu hijo o hija al menos 10 minutos al día. Los veranos también son momentos muy sociables con otras personas y mantener esta rutina de mínimo 10 minutos al día de tiempo especial por y para tu hijo e hija, ayuda a tu hijo a seguir sintiéndote disponible, se siga sintiendo amado, valorado y atendido.

Asesoría familiar

 

También te puede interesar leer sobre crianza respetuosa:

Mi hijo no quiere dormir solo
El autocuidado cuando eres madre
Libros sobre crianza respetuosa